Viscosidades temporales.

Suelo pasar mis ratos libres, o más bien, los ratos que quiero hacer libres en la sala de mi casa, cuarto que es accesible desde cualquier punto de vista, donde, en el espacio que deja la puerta delantera de la casa con el techo, hay un reloj de pared. Me paso la mayoría de ese tiempo libre reuniendo cosas en mi cabeza para pensar o dejarlas regadas en la memoria. Muchas veces tengo conversaciones acerca de estos tópicos. ¿Con quién hablo? Con el reloj de pared. No importa donde esté, siempre le hablo al reloj de pared como si fuese una persona, una entidad que puede comprender lo que le digo y que hará los mismos gestos de aprobación o desaprobación que yo. Largas y amigables conversaciones he tenido con ese reloj, pero me falta intimidad en la sala para poder tener una buena relación con él. Ayer lo quité de donde estaba y lo puse debajo de mi colchón.

2 Response to "Viscosidades temporales."

  1. El Zaguán Paraute says:
    17 de junio de 2009, 17:32

    Ahora hablarás con el reloj en tu sueños... nice!... muy buen trabajo, una forma intrascendente de pasar nuestros ratos intrascendentes... Saludos

    Luis Gerardo!

  2. andante&pensante says:
    22 de junio de 2009, 19:09

    ...Y mientras conversábamos en el silencio desvelado de la noche,
    el reloj me fue indicando los recuerdos que abandoné en la sala, y junto al frío...

    Ahora el reloj y yo nos separamos, y mi tiempo se invertido en un café sombrío,
    que espera que los sueños se escapen del colchón...

    Saludos desde las andanzas

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